Y ahora si, ahora me veo sola. Me salva la compañía de sus manos.

Sus manos... Quién me iba a decir a mi que me iba a volver a enamorar.
No de él, si no de sus manos.

Las manos con las que agarraba mi pelo y acariciaba mi espalda.
Las manos que rozando mis labios conseguían excitarme.
Las manos que guardaban secretos y buscaban descubrir los míos.
Las manos que me tapaban los ojos y me dejaban soñar.
Las manos que se sumergían en lo más profundo de mí para oírme.
Las manos que abrazaban las mías y no las dejaban escapar.

Esas manos. Las manos. Sus manos.

'Los besos que por la noche te hacían volar.'

'Maldito abril' como banda sonora oficial.
El tiempo que antes utilizaba para echarte de menos ahora son lágrimas, lágrimas amargas que saben a rayos.
Jamás me había arrepentido de algo que hubiera hecho. Y en verdad me arrepiento del momento en que lo he hecho, no de hacerlo.
Al fin y al cabo siempre he sido muy enamoradiza. Pero también he sido muy golfa. 

Si hubieras estado conmigo, si hubieras sellado mis labios con los tuyos, si yo no fuera tan estúpida y pequeña.
Era bonito, era real, era genial, eras tú.
Y yo no he sido contigo. Quizás sea miedo, quizás costumbre. Quizás sea subnormal con ganas y no me haya dado cuenta todavía.
Entre todos mis quizás se leen mis disculpas. Quiero que aprendas a leerlas, aunque no sea suficiente, quiero creer que si.
Y será poco el tiempo que ha pasado, pero supongo que la gente llega a tu vida sin llamar a la puerta y sin avisar. Aunque cuando se vayan dejen los rastros de su colonia en cada rincón de tu casa y de tu cuerpo. Y se nota esa falta. Se nota el frío que han dejado tus brazos, las sábanas arrugadas y el café aún caliente que te preparé. Aún están mis bragas colgadas del perchero, y tu camisa manchada de carmín no quiere separarse de mí.

Sólo pídemelo, allí estaré.

Auto suficiencia.

Garantizarle algo a alguien es difícil incluso para ti mismo, asique como para ir haciendo el tonto y regalando promesas desnutridas por alguna enfermedad terminal.
Porque todo cambia, porque todo es efímero. Hasta eso en lo que piensas cuando te hacen la pregunta: '¿Quién estará en tu vida en los próximos años?'
Que sepáis amigos, que aunque no me creáis  las cosas sucederán así, cuando pienses que alguien será algo en un futuro deja de pensarlo...Puede que cambie. Puede que no, pero puede que si.
A no ser de que tengáis mucha suerte y estáis rodeado de personas a las cuales no les importas, pero la verdad es que ellos a ti tampoco te importan. Entonces si, ya que os aferráis por mero interés y hasta que eso deje de interesarles de ti permanecerán a tu lado.
Recuerda que amigos no tenemos casi, que hay que saber como elegirlos, pero eso no se hace a base de juzgarlos, sino de conocerlos. Asique te invito a conocer gente, pero a no confiar en ellos cosas que no te confiarías ni a ti mismo.


De todas formas, siempre necesitamos a alguien que nos diga que estamos guapísimas cuando nos enfadamos, alguien que nos deje un abrigo cuando hace frío alguien que nos abrace en silencio, y que sepa hablar en el momento y cantidad justos. Y esta idea no me disgusta, sin embargo a veces pienso que deberíamos ser auto-suficientes  ya sabes, creernos todo lo que nos dicen los demás sin que nos lo digan. Es difícil ¿eh?. Claro que si, más que difícil es IMPOSIBLE. Necesitamos cariño, el cariño es lo más importante que tenemos. Ya provenga de un amigo, novio, hermano, perro, ser, peluche o madre el que te proporcione ese cariño.


Asique efectivamente, yo tampoco soy auto-suficiente en cuanto a ese tema, y me gusta no serlo, asique seguiré así hasta que quiera, hasta que no necesite ese cariño, aunque me temo que la espera de no necesitarlo de hará larga. Y esa idea tampoco me disgusta.

Encuentras a alguien que te escucha, te comprende y te anima.
Crees tener un sentimiento hacia él, pero en verdad no es mas que una ilusión.
Llevo tanto tiempo sin novio formal que a veces echas de menos ese cariño, que te den las buenas noches de forma especial, que te levantes con un mensaje suyo, esa estabilidad es la que echo de menos.
Y cuando la voy encontrando me doy cuenta de que no la quiero. De que quiero que esté pendiente de mi, pero nada más.
Quiero disfrutar, reir, bailar, follar, salir, correr, gritar, callar.
Pero no lo quiero con la misma persona.
He perdido mucho por ser así de caprichosa, quiero todo y nada a la vez.
Quiero que esté como ahora, pero sin llegar a más.
Y eso es muy egoísta por mi parte, y me doy cuenta, él se hace unas ilusiones que yo no puedo cumplir, o que no quiero. No me gusta la sensación de pertenecer a alguien, porque a pesar de que tu pareja sea liberal, te deje espacio y demás, le perteneces. Eres suya. Propiedad de una misma persona. Eso es lo que no me gusta, y sin embargo callo, porque hay un cariño que sólo puedes conseguir perteneciendo a alguien.

No esperes nunca nada.

Y de repente te encuentras en un tren, camino de una ciudad que no conoces, sólo por tratar de conseguir un reto.
Claro que es un reto personal, lo cuál tiene mas mérito que cualquier otro.
Todos soñamos con tener el trabajo de nuestros sueños, un buen sueldo, una bonita casa con jardín, un coche (no muy lujoso, pero que aun así es una pasada), una pareja perfecta, un perro obediente y que nos quiera, dinero para poder viajar, caprichos, ropa cara y champagne. Y todo esto, yo me pregunto: ¿Para qué?

Antes de todo eso, yo prefiero trabajar en lo que me gusta de verdad, un sueldo que me permita vivir en condiciones humanas, una casa decorada a mi estilo, un vehiculo que me lleve a cualquier parte, una pareja que me complemente, un perro grande (precioso, aunque no muy obediente), viajar cual perroflauta (aunque aquí he de reconocer, que si me toca la loteria, por supuesto viajaría mas cómodamente), caprichitos, ropa y sidra.

Y al final, teniendo la mitad de lo que tu querías es como si no tuvieras nada.
Por eso no esperes nada de la vida, imaginate que tendrás menos de la mitad de la mitad soñada, y haz eso, sueña.

Lija y terciopelo.

¿Conocéis la sensación esa de haber encontrado a una persona que reúne todas esas cualidades que tendría ese supuesto hombre perfecto?
Yo tampoco. Ni tú, vamos a ser claros, nadie.
A lo mejor es que todas las mujeres del mundo nos lo planteamos desde un punto de vista equivocado, a lo mejor sí hay que buscar el hombre perfecto, pero no para encontrarle, sino para coleccionar todas las piedras que nos hacen tropezar por el camino. Si, esas pequeñas piedras son las de verdad, las reales, las que por mucho que intentes nunca vas a cambiar de lugar, pero que cada una de ellas tiene una parte buena, el lado liso de la piedra. Puedes encontrar un lado liso, sentarte, charlar, tomar un café, y acomodarte de tal modo que piensas que es el mejor lado que has podido encontrar.
Pero de repente das un pequeño tropezón con algo, una mota de polvo al pie de la piedra, y tropiezas con más y más, y rodeando la piedra te das cuenta de que la otra parte que forma parte de la piedra es puntiaguda, es inquieta e incómoda. 
Y tu, lista, que haces?
Buscas otra piedra, y después otra, y más tarde, aunque sigas pensando en la anterior, otra piedra aparece.
Y esa última piedra es increíble, la has rodeado mil veces, y ni una sola imperfección. Es genial, es justo lo que buscabas, es justo a lo que te aferras. Pero te has olvidado de algo, esa piedra está tocando el suelo por una parte que aún no has mirado, miras y... ESTÁ LISA. Si, si, lisa, es increíble, un sueño! Y justo, cuando mas acurrucada y asentada estás a esa roca viene un culo más bonito y te quita el asiento. Y esto es así.
Y ahora si, por mucho que intentes buscar otra piedra igual no la vas a encontrar, siempre le vas a sacar algún fallo (aunque la mayoría de veces no le tenga) y le encuentras, para ti tiene fallos. 
No es como él. Me conquistaba todas las mañanas con su sonrisa. Me preparaba el desayuno. Hacía mas cosas en casa que yo. Me daba masajes en los pies sin ni siquiera pedírselos. Hacía el amor como nadie. Cocinaba. Me llevaba de vacaciones a ese lugar paradisíaco. Me sorprendía con flores en el trabajo. Veíamos películas mientras devorábamos tanques de palomitas. Me hacía reír como nadie. Me llevaba al cine a ver las películas de acción, en las que me metía mano como nunca. Y yo me reía, no dejábamos terminar la película y ya estábamos en los baños follando. Tenía tiempo para mí y para mis amigas. Le gustaba venir de compras conmigo, hasta que se lo tuve que prohibir, era imposible entrar en una tienda de lencería y no acabar en los probadores contra el espejo. Era sencillamente perfecto. No sé que pudo pasar. Todo, absolutamente todo era perfecto. Pero su secretaria era preciosa, hay que admitirlo, nunca podré competir contra algo como ella.

¿Sabéis donde está lo verdaderamente bonito de una pareja?
En aprender a quitarle todas esas motas de polvo que giran alrededor de la piedra, y en pulir las partes peliagudas, en ver como ignora todos aquellos culos que desean fervientemente sentarse sobre su perfecta parte lisa, que has pulido tú con tanto cariño. 

Déjate de superficialismos, mira mas allá de la parte puntiaguda. 

Enamorate sin miedo.